domingo, 24 de julio de 2011

ONU: no se puede entregar alimento a 2.2 millones de somalíes.

EL ADOW, Kenia (Reuters) — Los grupos de ayuda no pueden llegar a más de dos millones de somalíes que sufren por la hambruna en el Cuerno de África, donde insurgentes islámicos controlan buena parte de las zonas más afectadas, dijo el sábado el organismo de alimentación de Naciones Unidas.
Funcionarios del Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijeron que las zonas del sur de Somalia controladas por el grupo vinculado a Al-Qaeda Al-Shabaab, que impuso un veto a la asistencia alimentaria en 2010, están entre las más peligrosas del mundo.
"Aún hay que llegar a 2,2 millones de personas. Es el ambiente más peligroso en el que estamos trabajando en el mundo. Pero la gente está muriendo. No se trata de política, sino de salvar vidas", dijo Josette Sheeran, director ejecutivo del PMA, en el noreste de Kenia.
La sequía en la región de Somalia, Kenia y Etiopía es la peor en 20 años y afecta a unos 10 millones de personas, de acuerdo a Naciones Unidas. En el sur de Somalia, 3.7 millones de personas corren el riesgo de morir de hambre.
El PMA es uno de los varios grupos que fueron expulsados de la zona controlada por los rebeldes el año pasado y que ahora están preparándose para volver. Sheeran indicó que el organismo estaba considerando lanzar alimentos desde aviones en regiones que son inaccesibles por tierra.
Los grupos de ayuda también se enfrentan con las minas enterradas en las zonas fronterizas en las que Al-Shabaab luchó contra las fuerzas de Kenia y Etiopía a inicios de año, dijo Regis Chapman, director del programa del PMA en Somalia.
Sheeran visitó la localidad pastoral de El Adow a unos 100 kilómetros de la frontera somalí. Un testigo de Reuters dijo que había esqueletos de ganado tirados en las áridas tierras que rodean el lugar.
Más de un tercio de los niños de la zona están desnutridos y un tercio de los adultos reciben entregas de alimentos, según los datos de la ONU.
Bonito gesto, pero no basta
En El Adow, Nimau Witou, de 75 años, toma tres bolsas de harina, soja, judías y una lata de aceite para cocinar lo que le acaba de dar el PMA, lamentando la pérdida de todas sus cabezas de ganado. La ayuda recibida le debe durar a ella y a su familia un mes.
"Es un gesto bonito, pero no es suficiente", dijo Witou. "Y no es el tipo de alimentos a los que estamos acostumbrados, es el tipo equivocado de comida. Pero es nuestro único sustento", indicó.
Junto a Sheeran estaba el ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, que ofrecerá un reporte a una reunión de urgencia de la ONU en Roma el lunes.
Al-Shabaab ha acusado a la ONU de exagerar la gravedad de la crisis y etiquetó como política la decisión de declarar la hambruna en dos zonas de Somalia.
Buena parte de los organismos de ayuda que fueron expulsados del sur de Somalia en 2010 podrían no volver, dijeron, dando marcha atrás a una promesa anterior.
El sitiado gobierno de Somalia ostenta poco poder fuera de la capital, Mogadiscio, donde fuerzas gubernamentales y africanas están luchando para atajar una insurgencia que dura ya cuatro años.
El gobierno ha condenado la prohibición de los insurgentes a los grupos de ayuda humanitaria.
"Los extremistas están literal y deliberadamente matando de hambre a la población", dijo el primer ministro Abdiweli Mohamed Ali en un comunicado. "La propia insurgencia es la raíz de la hambruna", añadió.
Los ciclos de sequías e inundaciones se han vuelto cada vez más frecuentes en el Cuerno de Africa y el este del continente, principalmente por el calentamiento global.
"Sabemos que la ayuda humanitaria no es la solución a largo plazo", dijo el profesor de primaria Abdi Kadir Mohamed en El Adow. "Tenemos que estar mejor preparados para la sequía", sostuvo.

viernes, 17 de junio de 2011

EL HAMBRE EN EL MUNDO: Un reto para todos.

 

 

"¿cómo juzgará la historia a una generación que cuenta con todos los medios necesarios para alimentar a la población del planeta y que rechaza el hacerlo por una obcecación fratricida?" Juan Pablo II



El derecho a la alimentación es uno de los principios proclamados en 1948 por la Declaración Universal de Derechos Humanos.
 
La Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social precisaba, en 1969, que es necesaria   « la eliminación del hambre y la malnutrición y la garantía del derecho a una nutrición adecuada ».
 
Asimismo, la Declaración universal para la eliminación definitiva del hambre y de la malnutrición, aprobada en 1974, dice que toda persona tiene el derecho inalienable de ser liberada del hambre y de la malnutrición para poder desarrollarse plenamente y conservar sus facultades físicas y mentales.
 
En 1992, la Declaración mundial sobre la nutrición reconocía también que « el acceso a una alimentación nutricionalmente adecuada y sana es un derecho universal ».
 
  Se trata de afirmaciones muy claras. La conciencia pública ha hablado sin ambigüedades. No obstante, 900 millones de personas están marcadas todavía por los estragos del hambre y de la malnutrición o por las consecuencias de la inseguridad alimentaria. ¿Radica la causa en la carencia de alimentos? Absolutamente no. Está reconocido, generalmente, que los recursos de la tierra, considerados en su totalidad, pueden alimentar a todos sus habitantes; en efecto, los alimentos disponibles por habitante, a nivel mundial, han aumentado alrededor de un 18% en los últimos años.

  El desafío que se plantea a toda la humanidad es, desde luego, de orden económico y técnico, pero más que todo de orden ético y político. Es una cuestión de solidaridad vivida, de desarrollo auténtico y de progreso material.

  La amplitud del fenómeno pone en tela de juicio las estructuras y los mecanismos financieros, monetarios, productivos y comerciales que, apoyados en diversas presiones políticas, rigen la economía mundial: ellos se revelan casi incapaces de absorber las injustas situaciones sociales heredadas del pasado y de enfrentarse a los urgentes desafíos y a las exigencias éticas. Sometiendo al hombre a las tensiones creadas por él mismo, dilapidando a ritmo acelerado los recursos materiales y energéticos, comprometiendo el ambiente geofísico, estas estructuras hacen extenderse continuamente las zonas de miseria y con ella la angustia, frustración y amargura...

  No se avanzará en este camino difícil de las indispensables transformaciones de las estructuras de la vida económica, si no se realiza una verdadera conversión de las mentalidades y de los corazones. La tarea requiere el compromiso decidido de hombres y de pueblos libres y solidarios.




Haiti es uno de los países mas pobres del mundo. Durante los últimos años, ha prosperado el mercado de las tortas de barro. Están hechas de arcilla, agua, sal, aceite y hierbas. Con una de estas tortas los haitianos mas pobres logran matar el hambre durante unas pocas horas.